febrero 04, 2010

Yo escribo


Yo escribo,

porque sólo necesito el fuego para matar el silencio;

porque mi dominio es la nada.


Hay quienes requieren de mucho:

Orquestas, violines,

químicos volátiles,

óleos y mármol,

35mm.


Yo no; yo escribo.

Lo hago con el trueno,

con el calor de tus ojos,

con la puta,

con la penumbra y con la luz.


Yo escribo,

porque es lanzarse al abismo,

es moldear el mercurio,

es beber del Grial.


Por Dante, por Julio,

por eso escribo.


Porque es mirar a Dios y matarlo al mismo tiempo,

es domar el pensamiento,

es ser inmortal.


Porque se me da la gana.

Yo escribo.

 

Saludos desde el Feudo...

febrero 01, 2010

Rue de Rivoli



Rue de Rivoli

 

Rue de Rivoli,

Número 57

(Frente al McDonalds)

Código 1053

 

7:00 PM.

 

I

 

Llegué solo a Rue de Rivoli,

para ver a mis hermanos.

Abrigo negro, protección paternal:

fuera del convento todos.

 

Recibidor señorial,

ascensor averiado.

Escalones, muchos.

Y siete pisos…


Leonard en la pared,

Lowry en la silla,

presenciaban, sigilosos,

el reencuentro fraternal.

 

Dos más se suman

al calor de los abrazos.

Brotan los recuerdos

en el templo intelectual.

 

Salimos,

Frío benigno.

¿Un tabac?

Tournez à droite.

 

De vuelta en la mesa,

honramos a Tertuliano,

entre elíxires rosados

y comida provençal.

 

Escala oriental de Do, disidencia Armenia,

Bande desinée; Societé Baccalaureate.

Francis Ford recita a Puzo

como todo un Rastaman.

 

El viento golpea mi cara.

Luz intempestiva,

noche rabiosa.

Rue de Rivoli.

 





 II

 

El Sena a nuestros pies,

vino barato; cerveza caliente.

Madera y tabaco:

el reino del Clochard.

 

Cobijados por el Puente

hablamos de Cortázar;

de Kierkegaard reímos.

La vida fluyó en mí.

 

Llegué solo a Rue de Rivoli,

pero partí con mucho.

Para siempre el calor,

por siempre el recuerdo.

 

El duende Mongol,

la barba Marxista,

la reina del Haiku.

El desierto y el chacal.

 

Llegué de noche a Port d’Orleans.

De vuelta al frío,

de vuelta al pasado.

No obstante, había cambiado.

 

En mí, pequeños momentos,

transformación inmensa.

París como adjetivo,

Rue de Rivoli.

 


Saludos desde el Feudo...

P.D. Sé que lo mio no es la poesía. Siéntanse libres de criticar, quiero saber qué piensan.