enero 24, 2010

Mi futuro

Queridos cinco lectores,

 

Ustedes sabrán que en la vida de toda persona llega un punto en el cual se debe elegir qué actividad deberá desempeñar por el resto de su existencia. Dicho momento llega, dependiendo del sistema educativo que haya sodomizado a cada quien, entre los 17 y 19 años, siendo éste último mi caso (¡gracias Colegio Alemán!).

 

El ejercicio profesional no es un tema que pueda ser considerado, ni siquiera de manera remota, como trivial. Es una decisión extremadamente seria. La segunda más importante después de elegir cónyuge, como diría mi sacrosanto padre.

 

A lo largo de mi corto tránsito por este bucólico mundo, ha habido un sinfín de carreras en las que me he visualizado durante mi futura “vida adulta”. A continuación, un breve recuento:

 

Cuando iba en Primaria descubrí a Kubrick. A partir de ese momento no hubo otra cosa que no quisiera hacer que no fuera cine; no sólo eso, sino que quería ser, a imagen y semejanza, como mi más grande ídolo. Vivir con 200 gatos, no tener amigos y salir a la azotea de mi casa con un walkie-talkie a escuchar la comunicación entre la torre de control y los aviones que me sobrevolaran. Después me di cuenta que eso era una putada de vida y la abandoné justificando que jamás sería tan brillante como el gran Stanley.

 

Posteriormente adopté la que sería mi fantasía por muchísimos años: ser Diplomático. Me veía recorriendo el mundo con mi pasaporte negro, defendiendo a diestra y siniestra los intereses de mi gloriosa Nación en el extranjero así como elaborando telegramas ultramegahiper secretos desde mi Embajada para el Señor Secretario de Relaciones Exteriores y el Jefe Máximo de las Fuerzas Armadas.

 

Después, llegué a pensar en seguir el consejo del buen Adam Smith: No busques el bien común, busca tu propio bien; verás cómo mi mano invisible se encargará de guiar cual pastor a un conjunto innumerable de actitudes egoístas hacia un bien generalizado. Fue así como pensé en trabajar en un gran banco, en una oficina muy Zen con un Bonsai en mi escritorio de granito y darme bonos obscenos financiados por impuestos del pueblo.

 

Estas no son todas las alternativas que he considerado, grosso modo, también podría citar que entre mis planes se han encontrado el ser un académico con chaqueta de Tweed que atiende a congresos sobre temas que todo mundo pretende encontrar interesantes, director de la Orquesta Sinfónica de Nueva York y tocar vertiginosamente a Mahler en el Lincoln Center, o escritor alcohólico que no logra el reconocimiento de sus contemporáneos por estar adelantado a su tiempo y que, por lo tanto, se vuelve objeto de culto entre círculos refinados.

 

He hablado con muchas personas sobre este asunto: maestros, amigos, Freudianos, Lacanistas, Jungeanos, Rabinos, Hare Krishnas, incluso con mis papás. Y, al parecer, este es uno de los pocos campos del conocimiento en donde existe cierto grado de consenso, ya que todos - absolutamente todos -  me han contestado lo mismo: tú sé lo que quieras ser, no le pongas límites a tus sueños; puedes ser lo que tú quieras y te propongas.

Entonces me cayó el 20. Nada es imposible, no hay fronteras para la voluntad humana, todo se puede lograr. ¡En efecto! ¿Cómo no lo había pensado antes? El panorama se volvió claro para mí; el camino se encontraba ante mis pies.

 

Fue así como decidí que en mi vida adulta quiero ser…

 

 

¡George Clooney!

 

 

Mírenlo nada más qué fino es.

 

Dedicado a todos los que se encuentren en mi posición.

 

Saludos desde el Feudo…

 

P.D. Este post fue horrible y me perseguirá por el resto de mis días.

5 comentarios:

  1. Los dioses paganos te castigarán por este post, Pollo!

    ResponderEliminar
  2. Yo ya pasé por tres carreras, ahora creo que estoy en la indicada, sin embargo, eso no determinará lo que haga en mi vida. Tal vez escriba, tal vez haga cine, tal vez me gane la loteria y pueda ver películas todo el tiempo, tal vez una viudad millonaria se case conmigo y me invite a vivir a Paris.
    Lo importante no es encontrar lo que se debe hacer sino nunca dejar de buscar.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Creo que ya hablamos mucho sobre este tema jajaja, me gustó. Espero verlo pronto en tierras civilizadas.

    ResponderEliminar
  4. No pos si, no dudo que su persona pueda llegar a un estatus tan fino como el del Sr. Clooney, con sus nespressos, moleskınes y demas. Si se lo propone podria hasta lograr mas fınura, como la del buen Malkovich y su vıñedo frances...

    ResponderEliminar
  5. Pollo... te acuerdas de la pérdida de respeto???
    Es mutua....
    LOL estuvo "bueno" :P

    Alana

    ResponderEliminar